Historia de Los Barrios
Los Barrios – Historia
Historia
de Los Barrios
La verdadera historia de Los Barrios no ha comenzado a conocerse en profundidad hasta hace poco tiempo.
Parecía como si antes de la pérdida de Gilbraltar, en 1704, no existiese la presencia humana en su amplio término municipal. Con anterioridad a esa fecha sólo destacan las pinturas rupestres de Bacinete, las torres vigía de Botafuego en el Monte de la Torre y de Entre Ríos en Palmones o la antigua ermita de San Isidro, en torno a la cual se agruparon los exiliados gibraltareños constituyendo la nueva población de Los Barrios.
En la actualidad afortunadamente, se está llenando de contenido la historia de nuestro municipio, poniéndose de manifiesto, en primer lugar, que en la margen izquierda del río Palmones donde ahora está la Villa de Los Barrios, ya hubo asentamiento humano durante el Paleolítico Inferior, hace varios cientos de miles de años, constatándose su continuada presencia durante el resto de la Prehistoria.
Asimismo ciertos autores apuntan que en ese mismo núcleo urbano también hubo en su día una villa romana, aunque hasta ahora los restos arqueológicos investigados solo confirman la presencia romana en sus inmediaciones, a lo largo de la margen izquierda del río Palmones hasta su desembocadura; Huertas de Benarás, Altos del Puente Grande, Vado de las Pilas, Vega del Ringo Rango, Salinas de Palmones, Venta del Carmen…
Durante la Edad Media, en el lugar que ocupa la Villa de Los Barrios, existió una alcaría o población musulmana, dividida en dos barrios, que luego se despobló a causa del avance de la Frontera hasta la zona del Estrecho, por cuyo motivo su denominación árabe quedaría en el olvido. Lamentablemente su nombre tampoco se menciona en el itinerario de las monterías realizadas por el rey Alfonso XI, cuando conquisto Algeciras en el siglo XIV, aunque resulta obvio, porque el entorno de la citada alcaría estaba rodeado de pastizales y tierras de cultivos que no eran aptas para la cacería. Por eso, años más tarde los primeros repobladores cristianos al desconocer el antiguo nombre árabe y observar que sus restos se distribuían entre dos colinas próximas separadas por una vaguada, pasaron a denominarla alcaría de dos Barrios.
Por el momento, la referencia documental más antigua de aquella alcaria de «dos Barrios», se encuentra en una carta de donación del III Duque de Medina Sidonia, otorgada a favor de Martín de Bocanegra, alcaide de Medina Sidonia y corregidor de Gibraltar. La causa de la donación, podría deberse a un premio por su destacada participación desde el Campo de Gibraltar, durante los preparativos para la conquista de Melilla en 1497. A comienzos de la Edad Moderna, hacia 1502 con el nombre de «los Barrios», se identifica a uno de los hechos o distritos territoriales de Gibraltar, entre los que además se citaban otros como Guadacorte, Botafuego, Benarax, Ojén, Raudal, Navas, Adocal, Murta, etc, que quizá correspondían a las antiguas demarcaciones de otras tantas alcarías o poblaciones musulmanas.
Durante el siglo XVIII, la despoblada alcaría poco a poco creció en número de habitantes y comenzó llamarse «los Barrios», en vez de «dos Barrios». A principios de ese siglo, los libros parroquiales gaditanos curiosamente citan a un oriundo barreño, lo que prueba 1a importancia que ya entonces estaba teniendo como núcleo de población. En 1604, Andrés de Villegas Sanabria, señor de Benahavis y Daydín y Alférez mayor de Gibraltar, por una cláusula testamentaria, dispone la fundación de un mayorazgo sobre «la torre y casas de los Barrios» en favor de su segundo hijo Jacinto de Villegas. El cortijo de este mayorazgo, por estar lindando con la antigua alcaría musulmana, adoptó su nombre, pasando a denominarse como «Cortijo de los Barrios y otras como «Cortijo Grande de Los Barrios. Por diversas circunstancias, ese mayorazgo se malogró y la antigua torre se deterioró hasta quedar totalmente arruinada dos siglos más tarde cuando llegaron los primeros exiliados gibraltareños y aprovecharon sus piedras para construir nuevas viviendas. En 1649 durante la epidemia de peste que hubo en Gibraltar, algunos de sus habitantes huyendo del contagio, fijaron su residencia en Los Barrios.
Años mas tarde, en 1663, el licenciado rondeño Macario Fariñas del Corral, deja constancia de que Los Barrios era todavía un «lugar» de escasa población cuando lo visitó buscando las ruinas de la antigua mansión romana de Portus Albus. En los últimos años del siglo XVII, Los Barrios, según consta en ciertos documentos estaba habitado por un nutrido número de jornaleros que se ausentaban durante los veranos, posiblemente para realizar las siegas y cosecha en los campos de las poblaciones cercanas. Para atender sus necesidades religiosas, al morir en 1700 Bartolomé de Escoto y Bohórquez, chantre de la catedral de Cádiz, dejó fundada una capellanía de misas en el oratorio privado que, hacia 1698, había construido bajo la advocación de San Isidro en el nuevo caserío del Cortijo de Tinoco, que era de su propiedad y lindaba con los restos de la antigua alcaría de «los Barrios» y con el cortijo del mayorazgo de Villegas.
Tras la pérdida de Gibraltar, en 1704 una parte de sus habitantes se dirigieron al oratorio o ermita de San Isidro. Juan Felipe García de Ariño, sobrino y sucesor de Bartolomé de Escoto en la dignidad de chantre y en la propiedad del Cortijo de Tinoco, sintió piedad de las penalidades de aquellos infelices que añoraban su amada ciudad de Gibraltar, permitiéndoles la construcción de albergues y chozas en las inmediaciones de la ermita, que inmediatamente ejerció las funciones de primera iglesia de los exiliados gibraltareños dispersos por el Campo de Gibraltar, incluso antes de la ermita de San Roque.
Esta nueva población formó parte de la ciudad de Gibraltar en su campo, cuyo corregidor vivía en San Roque hasta el año 1756 en que se le autorizó mediante una cédula firmada por Fernando VI, el 9 de Septiembre, ayuntamiento propio y división de término, segregándose definitivamente de San Roque. Se señaláron los ríos Palmones y Botafuegos para el limite de Algeciras, el río Guadarranque para San Roque, y el espacio comprendido entre ambos para Los Barrios. La segregación habia sido dictada un año antes por medio de un decreto real, pero el Ayuntamiento de San Roque presentó alegaciones que no se resolvieron hasta 1756. En 1724 se había frustado un proyecto autonomista de Bartolomé Porro, pero en 1738 el rey, por entonces Felipe V, concedió alcaldes mayores a Los Barrios y a Algeciras, aunque todavía dependián del corregidor de San Roque. La segregación de San Roque se obtuvo siendo alcalde mayor de Los Barrios, Francisco Toral. Por entonces la villa contaba con algo más de 1.800 habitantes. Desde su separación de San Roque hasta el 2005, 121alcaldes han presidido el ayuntamiento barreño. La historia de Los Barrios tiene algunos sucesos poco conocidos, pero no por ello menos importantes:
- La Presencia del General Ballesteros durante la Guerra de la Independencia, el pronunciamiento de Salvador Manzanares contra Fernando VII, la implantación cantonal en la I República, el liderazgo progresista de González de la Vega, la presencia del anarquista Sánchez Rosas, etc. En su transitar aún se puede admirar la casa de José González de la Vega – diputado a Cortes y militante del Partido Progresista – donde se reunieron el general Prim y el almirante Juan Bautista Topete para planear la caída y el destronamiento de Isabel II.
- La categoría de villa fue concedida por Isabel II a finales de 1854, probablemente en agradecimiento a la actividad política de D. José Gonzalez de la Vega.
- Otro edificio destacado es la vivienda que habitó Pedro Gómez Calvo – relevante político de la villa – donde fueron encerradas todas las jóvenes doncellas para preservarlas de los agravios y violaciones de las tropas de Napoleón.
- Escudo. De Oro, el castillo en su color, cargando sobre la puerta una llave de sable, acostado, de dos ramas de sinople. Y al timbre, corona real borbónica. Este municipio, con el de Algeciras y San Roque, recibieron a la población de Gibraltar cuando se perdió aquella plaza, y por esta añoranza compartida, los tres municipios heredaron por divisa un castillo con una llave, que eran las armas propias de Gibraltar. Las ramas hacen alusión al agro, y la corona a la condición de plaza realenga edificada en tiempos de Felipe V. Son armas tradicionales rehabilitadas según acuerdo del Ayuntamiento, pleno del 15 de Octubre de 1963, con aprobación del Consejo de Ministros, de fecha 26 de Junio de 1964.